Bancos privados argentinos proponen comprar la deuda a los fondos buitre para evitar default
La idea es quedarse con los bonos involucrados en el juicio que tiene sentencia firme en EE.UU.
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Un grupo de bancos privados argentinos se ofreció a aportar una cifra millonaria en dólares para ofrecerla como un depósito en garantía para los fondos buitre, que, a cambio, deberían dar el visto bueno para que el juez de Nueva York, Thomas Griesa, reponga el stay por al menos tres meses, para evitar que la Argentina entre en default, y así darle al país un margen de tiempo para negociar sin que se dispare la cláusula RUFO.
La novedad, confirmada a El Cronista por distintas fuentes, llegó mientras una delegación argentina realiza negociaciones de último momento con el mediador Daniel Pollack, el "special master" designado por Griesa. La reunión de hoy pasó por ahora a un cuarto intermedio mientras el ministro de Economía, Axel Kicillof, viajaba a la ciudad norteamericana para sumarse a esos diálogos.
Por lo menos un representante de los bancos estaba viajando ya a Nueva York para hacer la propuesta.
La propuesta, según trascendió, sería del agrado del fondo NML Eliot, que representa Paul Singer. Con esto, podría pedirle a Griesa que reponga el stay, la cautelar que evita embargos a la Argentina aunque el país no pague aún lo que la justicia norteamericana le ordenó pagarles a los fondos buitre por los títulos públicos en default que éstos aún tienen en su poder.
Poco después de que se conociera la propuesta, el Banco Central (BCRA) salió a aclarar que no tuvo ninguna participación en la misma.
"A raíz de informaciones que son de público conocimiento, relativos al conflicto con los fondos buitre, el Banco Central informa que no ha tomado conocimiento ni ha participado de ninguna de las propuestas que se consignan en los medios de comunicación", dijo a un vocero de la entidad a la agencia Télam.
El stay de 90 días, que es lo mismo que le pidieron a Griesa los "eurobonholders" (bonistas europeos con títulos de lo canjes de 2005 y 2010), evitaría el default inmediato (mañana se agota el período de gracia de los bonos vencidos el 30 de junio, que permanecen bloqueados por orden de Griesa).
En los tres meses de plazo, Argentina debería buscar que los distintos grupos de tenedores de bonos del canje acepten el compromiso de no exigir el cumplimiento de la cláusula RUFO si el país negocia con los holdouts. Con ese compromiso (los "eurobonholders" ya lo hicieron público ante Pollack y hoy ante Griesa), el gobierno podría, entonces sí, llegar a un acuerdo con los fondos buitre sin mayores riesgos.
En todo ese juego, el depósito de los bancos funcionaría como garantía del compromiso del gobierno. Y lo harían los bancos privados y no el Estado ni ninguna empresa estatal para que el ejecutivo no pueda ser acusado de haber iniciado negociaciones con la posibilidad de que se active la RUFO.